Relación entre la dermatitis atópica y las alergias alimentarias
En primer lugar vamos a hablar sobre la relación entre la dermatitis tópica y las alergias alimentarias. Sufrir de dermatitis atópica predispone a ciertos niños a padecer de alegrías alimentarias, pero ocurre de manera excepcional y no general.
Estas dos enfermedades están relacionadas desde el punto de vista epidemiológico. Pero no todos los pacientes que sufren dermatitis, tienen alegría alimentarias y viceversa.
Investigación
En segundo lugar, vamos a hablar de datos objetivos o conclusiones obtenidas con respecto a la relación entre la dermatitis atópica y las alergias alimentarias.
Las alergias alimentarias afectan a un 30% de los niños atópicos. Los más comunes, suelen ser alérgicos al huevo, la leche de vaca, soja, pescado y frutos secos. La reacción puede ser aguda, en forma de urticaria (manchas rojas) o también puede aparecer en forma de eccema.
En relación a las intolerancias alimentarias, los investigadores de la universidad de british Columbia, hablan de intolerancias en aquellas situaciones en las que el alimento empeora el eccema o dificulta la recuperación el brote.
Consejos para los padres
Para terminar vamos a dar una serie de recomendaciones a los padres. En primer lugar, pueden sospechar una intolerancia alimentaria si la dermatitis empeora con la introducción de nuevos alimentos.
Cabe destacar, que debemos prestar atención en estos casos, ya que es frecuente que los lactantes atópicos tengan exacerbaciones de su eccema coincidiendo con la introducción d alimentos y no exista una verdadera alergia alimentaria.
En cualquier caso, debemos estar tutelados en un pediatra para que sea el responsable de la alimentación del niño y en casos seleccionados, probará la tolerancia del alimento sospechoso cada cierto tiempo. Los eccemas tienden a mejorar pasado un mes del inicio de la introducción del nuevo alimento, por lo que cualquier modificación en la dieta se haría en aquellos casos que no mejoran con el tratamiento adecuado durante varios meses y siempre que se confirme la existencia de una alergia alimentaria.
Para confirmar la presencia de una alergia alimentaria remitiremos al niño al alergólogo infantil, que le realizará el prick test (punción), en el antebrazo. Esta prueba consiste en la introducción de pequeñas cantidades de posibles alérgenos alimentarios (sustancias que pueden producir alergia) mediante una pequeña punción con una finísima aguja. Algunos expertos aseguran que esta prueba puede generar algunos falsos positivos en atópicos, debido a la gran reactividad de su piel. No debemos someter al niño a dieta alguna si no existe la confirmación clínica de la alergia.
En nuestro blog, disponemos de otro artículo en el que explicamos la relación entre el asma y la alergia.
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