En primer lugar, si hay influencia psicológica de las alergias alimentarias, nutricionalmente, es necesario un buen asesoramiento a la hora de comenzar con un diagnóstico de intolerancia y/o alergia alimentaria o de enfermedad celíaca. Acudir a un profesional de la dietética y nutrición que nos aporte toda la información necesaria, recomendaciones e incluso recetas y estrategias para adaptarnos a la nueva situación, es muy importante. Hay mucho desconocimiento que nos lleva a mitos y creencias erróneas.
La cuestión psicológica, es relativa. Depende mucho del momento en el que cada persona se encuentra a la hora de recibir el diagnóstico. Hay personas que el trabajo en aceptación del mismo implica un acompañamiento psicológico y otras personas, que aunque aceptan de forma satisfactoria la nueva situación, muestran una gran frustración a la hora de adaptarse y adaptar sus costumbres al mismo (especialmente en el ámbito social). En este segundo caso, la necesidad de acompañamiento no se refleja de forma directa pero sí a lo largo del proceso. Dicho proceso de acompañamiento psicológico comienza por psico-educar sobre lo que supone el diagnóstico, las barreras que podemos encontrar, y normalizar las respuestas ansiosas que pudieran vincularse (es normal sentir angustia, preocupación e incluso desesperación ya que supone una situación nueva, una readaptación de rutinas y alimentación).
Lo ideal sería que ambas profesiones pudieran acompañar (junto con las profesiones médicas correspondientes) a las personas que se ven implicadas en este tipo de procesos para prevenir y fomentar una adecuada salud mental y física; sin embargo, desgraciadamente esto no es lo que suele ocurrir.